jueves, 8 de noviembre de 2012

PINTORAS EN EL MUSEO DEL PRADO IN & OUT (I) EXPUESTAS

Angélica Kauffmann. Autorretrato, (1784), Neue Pinakothek, Múnich.

El museo del prado. Reflejo de la visión de la mujer en la historia del arte 

La escasa presencia de pintoras en la primera pinacoteca nacional nos lleva a preguntarnos por el papel de la mujer en la pintura y en general en el mundo del arte, papel a menudo olvidado, y con frecuencia simplemente ignorado. Si preguntamos a cualquiera el nombre de alguna pintora famosa, anterior al siglo XX, comprobaremos el escaso conocimiento de su existencia derivado de que la Historia del Arte, incluso en tiempos recientes, simplemente omite a la mujer. Esa misma tendencia se constata en el tratamiento dado por el Museo del Prado a las obras pictóricas realizadas por mujeres.

Es preciso realizar una auténtica actividad investigadora para rastrear la presencia de mujeres artistas a lo largo de la historia del Museo ya que además de las escasas obras que en la actualidad se encuentran expuestas, hay que tener en cuenta aquéllas que se guardan en el almacén, aunque varias de ellas han formado parte de la exposición en muchos momentos de su historia, y, sobre todo es preciso considerar las obras que se encuentran depositadas en diversas instituciones, que se conocen como "El Prado disperso"

También es preciso considerar el proceso de reordenación entre los dos grandes Museos nacionales que se produjo en el año 1995 que estableció la referencia temporal del año 1881 (nacimiento de Picasso) para delimitar las colecciones estables del Museo del Prado y del Centro de Arte Reina Sofía, lo que supuso que algunas obras de mujeres que en los catálogos y referencias anteriores a esa fecha figuraban adscritas al Museo del Prado, ahora lo estén al MNCARS. Ello ha dado lugar a una cierta reducción de la escasísima nómina de pintoras adscrita al Museo.

Lo que más sorprende de este enfoque que ignora a la mujer es que no se trata de algo heredado sino de una voluntad más reciente ya que a lo largo de esta búsqueda de obras realizadas por mujeres en el Museo del Prado encontramos que obras de pintoras que durante muchos años han colgado  de sus paredes, hoy han quedado relegadas al almacén, así como el hecho de que en las adquisiciones que se han realizado en los últimos veinte años, prácticamente no se encuentren obras realizadas por una mujer. (Con algunas escasas excepciones, en especial, miniaturas, adquiridas pero no expuestas).

Hace ya cuarenta años que Linda Nochlin escribió su ensayo “¿Por qué no ha habido grandes mujeres artistas?” Y aun hoy desconocemos la respuesta y parece que seguimos sin encontrar mujeres que merezcan formar parte del “canon” de artistas de general reconocimiento que estén a la altura de figurar en las paredes de los museos, en las colecciones o en las páginas de los libros que cuentan nuestras historias

Es obligación de las instituciones, de acuerdo con la normativa vigente, visibilizar la obra de las mujeres en los museos y “promover la presencia equilibrada de mujeres y hombres en la oferta artística y cultural pública”, (Art. 26 LO.3/2007 de Igualdad efectiva entre hombre y mujeres), pero estamos acostumbrados a que lo que dicen las normas relativas a la igualdad no suele cumplirse; en general en el mundo del arte se apela a que sus criterios de selección están guiados por la "calidad".

Una historia que comienza hace más de cinco siglos

El puesto que ocupa el Museo del Prado de primera institución cultural de nuestro país se fundamenta en la extraordinaria riqueza y valor artístico de sus colecciones. Su patrimonio fundacional está integrado por la denominada Colección Real cuya formación se remonta al reinado de Isabel la Católica, pero su definitiva vertebración se produce con los Austrias Carlos I y su hijo Felipe II, quienes vincularon sus obras de arte a la Corona.

Numerosas adquisiciones y el patronazgo regio favorecieron el enriquecimiento de la colección real a lo largo del siglo XVII, en especial durante el reinado de Felipe IV, para quien trabajaron algunos de los artistas españoles y extranjeros más relevantes de su tiempo.
Carlos V, Felipe II, Felipe IV , Carlos III y Fernando VII

Con la llegada de los Borbones en 1700 cambió el gusto y el momento artístico, una renovada imagen real unida a la intensa actividad constructiva y ornamental de los Borbones en los Reales Sitios contribuyeron a un gran enriquecimiento de los fondos artísticos de la Corona.
Isabel la Católica, María de Hungría, Isabel de Borbón e Isabel de Farnesio, entre otras, tienen un papel fundamental en la incorporación de pinturas a la Colección Real

En el umbral del siglo XIX siguiendo el ejemplo revolucionario de apertura pública de las grandes colecciones históricas europeas, Fernando VII, apoyado por su esposa, la portuguesa María Isabel de Braganza, tomó la decisión de destinar el inacabado edificio diseñado por el arquitecto Juan de Villanueva para albergar el Real Museo de Ciencias Naturales a la creación de un Real Museo de Pinturas y Esculturas, que pasaría pronto a denominarse Museo Nacional de Pintura y Escultura y posteriormente Museo Nacional del Prado, que abrió por primera vez al público el 19 de noviembre de 1819.
María Isabel de Braganza (Det.) por Bernardo López - MNP

La frecuente incorporación de obras procedentes de los Sitios y fundaciones reales, fue la tónica de la primera etapa del Museo bajo patrocinio real que concluye con la nacionalización de las colecciones tras la Revolución de 1868. En 1872 se integran los fondos del Museo Nacional de Pintura y Escultura, más conocido como Museo de la Trinidad, fundado por Isabel II en 1838, para alojar principalmente las obras procedentes de instituciones religiosas desamortizadas.
Isabel II por Federico Madrazo y Kuntz

Desde su inauguración ha sido incesante el incremento de los fondos del Museo a través de donaciones y legados de particulares, así como de adquisiciones del propio Museo y nuevas adscripciones realizadas por el Estado, como la incorporación en 1971 de las obras del desaparecido Museo de Arte Moderno. Esta acumulación de colecciones, imposibles de albergar en su integridad en el edificio de Villanueva obligó, ya desde finales del siglo XIX, a depositar con carácter estable una gran parte de los fondos en instituciones públicas del Estado y representaciones diplomáticas en el extranjero; ese conjunto de obras se conoce como el Prado Disperso.

El año 1995 se produce la reordenación entre los dos grandes Museos nacionales mencionada anteriormente que viene a consolidar la situación lo que supuso el cambio de adscripción de la mayor parte de las obras que el Prado había acumulado de finales del XIX y del XX al MNCARS quedando las colecciones tal como se encuentran en la actualidad.

Aunque los datos de que se dispone no siempre son coincidentes, podemos intentar aportar unas cifras aproximadas que nos permitan enmarcar posteriormente la presencia de pintoras en el Museo: 

La colección está formada por aproximadamente 7.800 pinturas, 1.000 esculturas, 5.500 estampas y 8.600 dibujos, además de un amplio número de objetos de artes decorativas, fotografías y documentos históricos.

De las pinturas, el Museo exhibe en la actualidad algo más de 1.300 obras, el resto se reparte, más o menos a partes iguales, 3,300 obras en otros museos e instituciones (Prado Disperso) y 3.200 en los almacenes.

En cuanto a las Escuelas que integra, la principal con casi 4.900 cuadros, es la de pintura española que es la más amplia y valiosa colección existente hoy en el mundo. En segundo y tercer lugar, casi a la par, se sitúan la italiana y la flamenca, ambas con más de mil cuadros. La cuarta escuela nacional mejor representada es la francesa, con más de trescientos cuadros. La mayoría de estas colecciones proceden de la Colección Real. Las escuelas alemana, holandesa y británica son las siguientes en importancia, aunque a considerable distancia de las anteriores.



PRESENCIA DE PINTORAS EN LA COLECCIÓN
La presencia de mujeres artistas en El Prado es escasa, por no decir ínfima. En la actualidad (2012) cinco pintoras cuelgan sus obras en el histórico edificio de Villanueva con un total de diez obras expuestas, más una atribución no confirmada. Las "agraciadas"  son las siguientes.

 Sofonisba Anguissola
(Cremona 1532 - Palermo 1625)
La presencia de esta pintora que reúne cuatro de sus obras (una , por el momento solamente atribuida) en la Sala 55 del Museo, puede parecer excepcional y realmente lo es, aunque es preciso señalar que sus obras, probablemente hoy estén expuestas gracias a que anteriormente se asignaban a otros pintores de su época.

En los últimos años tras la realización de los oportunos estudios y análisis, algunas obras se le han ido reasignando no sin cierta resistencia por parte del museo que, a diferencia de su tratamiento respecto a otros pintores, convierte cada atribución a Sofonisba en una carrera de obstáculos que puede durar años.

Sofonisba Anguissola, es una pintora italiana, de Cremona, que es llamada por Felipe II para para ser dama y maestra de pintura de su tercera mujer, la jovencísima Isabel de Valois. A partir de su llegada en 1559 Sofonisba pasa cerca de 15 años en la corte española y es autora de algunos de los retratos reales más singulares y notables de la época. Es bien conocido que las obras de Sofonisba gustaban de forma especial a las personas retratadas y que en su tiempo era solicitada por las principales cortes europeas.

Las obras de SOFONISBA ANGUISSOLA se encuentran actualmente en la Sala 55

Ana de Austria y Felipe II

El retrato de Ana de Austria [P1284] y el del propio Felipe II [P1036] uno de sus retratos mas famosos, en la actualidad son considerados obras indiscutibles de Sofonisba Anguissola pero hasta fechas relativamente recientes han figurado adscritos a otros pintores de la época.    
Isabel de Valois portando el medallón con la efigie de Felipe II  [P1031]

Este retrato fue realizado por Sofonisba Anguissola hacia 1565 con motivo de la entrevista en Bayona de la reina Isabel con su madre Catalina de Médicis y su hermano, el rey de Francia. Sofonisba Anguissola formaba parte del séquito de la reina y durante la estancia realiza otro retrato de similares características que se encuentra en la actualidad en el Museo de Bayona. A pesar de los estudios realizados antes del final de siglo y de los documentos y las evidencias aportado a la investigación, hasta 2019 no se ha modificado la cartela de la obra expuesta en la que seguía figurando: "Atribuida a Sofonisba Anguissola".
La infanta Catalina Micaela  [P1139] 

A pesar de que reconocidas especialistas como Maria Kusche no dudan de la autoría de Sofonisba Anguissola en la cartela de esta obra figura la atribución a Sánchez Coello aunque el texto  informa que "se ha propuesto también la autoría de Sofonisba Anguissola"
Plano de ubicación de las obras en la sala 55. MNP

No puede menos que sorprender la resistencia de las personas responsables del Museo para adscribir la autoría de estas obras de forma definitiva a la pintora cremonesa, sobre todo cuando vemos comportamientos muy diferentes frente a otros autores: En fechas recientes hemos visto con tristeza como, sin otro fundamento que la simple "apreciación visual" los comisarios de la exposición El Último Rafael, han decidido retirar al gran maestro la autoría de su obra "La Visitación", tenida por suya y su taller desde hace cinco siglos, para atribuirla a su entonces jovencísimo discípulo Giulio Romano. En este caso los responsables del Museo aceptaron a ciegas esa reatribución y muchos nos preguntamos qué ha ganado el Museo con ello, además de haber "perdido" un Rafael.

Clara Peeters 
(Amberes, h.1594 - h.1659)

La segunda pintora expuesta es la flamenca Clara Peeters. Sus obras firmadas más tempranas datan de 1608 y 1609, lo que nos habla de una artista precoz. Sus trabajos de madurez recuerdan los bodegones de la escuela neerlandesa de Haarlem, por lo que se supone su estancia en las provincias holandesas.

Esta pintora de bodegones y floreros, se caracteriza por la inclusión de de objetos preciosos, de metal, cristal o cerámica, junto a manjares y flores.

El Museo tiene cuatro obras de Clara Peeters, procedentes de la Colección Real, sólo una de ellas expuesta. Las otras tres duermen la espera en los almacenes del Museo.

Bodegón con flores, copa de plata dorada, frutos secos, dulces, panecillos, vino y jarra de peltre. 1611. [P01620].  
Detalle de los reflejos en sus obras

En esta obra aparecen higos secos, pasas, almendras y otros frutos secos propios del invierno y en el plato de peltre vemos rosquillas, pretzels y barritas de azúcar. Además tiene la curiosidad de reproducir micro-imágenes de la autora reflejadas en la jarra. (Conviene señalar que dada la altura en que se ha colocado la obra es difícil poder atisbar el detalle comentado de los retratos de la artista reflejados en los objetos de metal).
Las obras de Clara Peeters están llenas de detalles que muestran su maestría, su firma suele aparecer dentro de elementos del propio cuadro (en la obra que se exponía anteriormente la firma estaba grabada en el mango del cuchillo); en otras ocasiones aprovecha las posibilidades figurativas que le dan los reflejos en el metal o en el cristal y el agua. 


Detalle de la obra titulada Mesa con mantel, salero, taza dorada, pastel, jarra, plato de porcelana con aceitunas y aves asadas. H. 1611 [P01622] 


ACTUALIZACIÓN 30 JUNIO DE 2018
La reciente apertura de las Salas Flamencas del Museo ha producido una importante salida de obras del almacén entre las que se encuentran los tres bodegones de Clara Peeters que no estaban expuestos. Ello supone que ahora  podemos ver los cuatro bodegones de la pintora en la sala 82..
Mesa con mantel, salero, taza dorada, pastel, jarra, plato de porcelana con aceitunas y aves asadas. H. 1611 [P01622] Sala 82
Bodegón con gavilán, aves y porcelana y conchas. 1611 [P01619] Sala 82
Bodegón con pescado, vela, alcachofas, cangrejos y gambas. 1611 [P01621] Sala 82


Artemisia Gentileschi
(Roma 1593-Nápoles 1654c) 
La tercera pintora con obra expuesta es hija del pintor Orazio Gentileschi, quien la introdujo en la pintura. Al igual que su padre seguía el estilo de Caravaggio, las primeras obras de Artemisia también continuaron en esa línea aunque con un estilo propio, diferente al de su padre. A los diecisiete años firmó su primera obra: Susana y los viejos (1610).

A los diecinueve su padre le puso un maestro, Agostino Tassi que la violó prometiéndole salvar su reputación casándose con ella, cosa que no hizo por estar ya casado. Su padre denunció el hecho ante el tribunal papal. Del proceso que siguió se conserva toda la documentación, que impresiona por la crudeza del relato de Artemisia y por los métodos del tribunal ya que, a pesar de haber sido violada, el juicio parecía más contra ella que contra el violador. Artemisia no solo fue sometida a un humillante examen ginecológico sino que fue torturada para "comprobar" si decía la verdad. Finalmente Tassi fue condenado a un año de prisión y al exilio de los Estados Pontificios. Quizás fruto de esa experiencia sea una de sus más famosas obras: Judith decapitando a Holofernes (h1613), en la actualidad en los Uffizi de Florencia, que impresiona por la violencia y la crudeza de la escena.

Artemisia rehace su vida y se instala en Florencia donde tuvo gran éxito, hecho que le permitió ser la primera mujer en ingresar en la Academia del Dibujo de Florencia. A pesar de su fama como pintora, Artemisia no tiene mucha suerte en su vida familiar, cambia de residencia en diversas ocasiones, para terminar en Nápoles en donde muere hacia 1564. 
 La obra expuesta: NACIMIENTO DE SAN JUAN  184 x 258 cm. 1635  [P0149Sala 7

El Nacimiento de San Juan formaba parte de la Colección Real desde finales del XVIII. La información del Museo indica que pertenece a un grupo dedicado a la vida de S. Juan Bautista, con otras cuatro obras de Massimo Stanzione (no expuestas), encargado por el virrey de Nápoles para el Palacio del Buen Retiro de Madrid.

La obra recoge el hecho del nacimiento de San Juan en un ambiente doméstico en el que contrasta la centralidad y luminosidad del niño, con el grupo de mujeres que le atienden y con las imágenes de los protagonistas de la historia colocados casi de un modo marginal y en penumbra, a la izquierda de la escena, sus padres, Isabel y Zacarías. Este último aparece escribiendo el nombre que se ha de poner al hijo en un papel ya que, como cuenta el evangelio de Lucas, se había quedado mudo a causa de su incredulidad.

Plano de situación Sala 7, 1ª planta. MNP


Actualización septiembre 2019
Desde el 27 de Septiembre la obra de Rosa Bonheur ha pasado a formar parte de la colección estable expuesta en el Museo del Prado. por ello incluyo aquí su reseña que hasta ahora se encontraba en el grupo de "Pintoras en el almacén"

Rosa Bonheur
(Burdeos 1822–Thomery 1899)

La cuarta pintora expuesta en el Museo también es escultora e ilustradora. De nacionalidad francesa era hija y hermana de artistas. Se especializó en pintura de animales, de los que realizó innumerables estudios y bocetos.

En 1848 obtuvo la medalla de oro en el Salón Oficial de París y en 1855 presentó el que sería su gran lanzamiento, la "Feria de caballos" que le dio fama internacional.

El retrato que aparece a la izquierda fue realizado por su amiga la pintora Anna Klumpke en 1898, cuando Rosa tenía 76 años. Fue la primera mujer que recibió la Legión de Honor, en 1865.

Una curiosidad de su biografía por la que es considerada como protofeminista, es que tenía la costumbre de vestir ropa masculina (pantalones) para su actividad de pintora, tal como aparece en el retrato que le hizo Georges-Achille Fould. 
George-Achile Fould. R. Bonheur en su estudio, 1893

Sobre este tema ella contaba: "Me di cuenta que la ropa femenina era una constante molestia. Por eso decidí solicitar la autorización para vestir ropa de hombre al prefecto de policía. Pero el traje que llevo es mi traje de trabajo, no significa nada más. Lo que digan los imbéciles no me ha preocupado nunca."

   "Critico enérgicamente a las mujeres que abandonan su ropa habitual en el deseo de hacerse pasar por hombres. Si yo hubiera creído que los pantalones fueran adecuados a mi sexo, habría abandonado completamente las faldas, pero ese no es el caso, así que nunca he aconsejado a mis hermanas de la paleta que usaran ropa de hombre en las circunstancias ordinarias de la vida.
Sin embargo, si yo me visto de esta manera, no es en absoluto para hacerme original, como muchas mujeres lo han hecho, sino simplemente para facilitar mi trabajo. Recuerda que en ciertas épocas me pasaba días enteros en mataderos..." (Rosa Bonheur, sa vie, son oeuvre. Anna Klumpke)

El contenido del permiso concedido es digno de ser citado:

Permission de travestissement accordée à Rosa BonheurParis, le 12 Mai 1857 - Nous. Préfet de Police. [...] Autorisons la demoiselle Rosa Bonheur demeurant à Paris, à s'habiller en homme, pour raison de santé sans qu'elle puisse, sous ce travestissement, paraître aux Spectacles, bals et autres lieux de réunion ouverts au public. 

(Autorización de travestismo concedida a Rosa Bonheur. París, 12 de Mayo, 1857 - Nos. Prefecto de policía. [...] Autorizamos a la señorita Rosa Bonheur que vive en París, a vestirse como un hombre, por razones de salud, sin que pueda, bajo este travestimiento, aparecer en espectáculos, bailes y otros lugares de reunión abiertos al público.)  

La obra que conserva el Museo del Prado fue donada en 1879 por el representante de la pintora y cónsul de España en Niza, Ernest Gambart, al rey español con destino al Museo Nacional de Pinturas, con el título "Cabeza de león" a pesar de que en la biografía que escribió su compañera Anna Klumpke, se refieren a ella con el título "Le Jeune Prince" (el joven príncipe). Sorprendentemente en la actualidad en la información que ofrece el Museo aparece con el título "El Cid". (Sobre la donación y el título ver  Rosa Bonheur en el Museo del Prado.)

En el Museo fue muy bien recibido gracias a la fama de que gozaba la pintora, lo que le valió un año más tarde ser condecorada con la Orden de Isabel la Católica. El cuadro fue expuesto sin demora, a pesar de que las normas de la época impedían exponer obras de artistas  vivos. 
La obra expuesta: El Cid (El joven príncipe, Cabeza de león), [P4318] 
Óleo sobre lienzo, 95 x 76 cm, 1879.1879. Sala 62B

Mapa de situación Sala 62B Museo del Prado


Actualización 2022

El Museo del Prado ha adquirido una nueva obra de Rosa Bonheur que se expone en la Sala 062B acompañando a "El joven príncipe, Cabeza de león". Se trata de un conjunto de estudios de Leonas y leones realizados por la pintora a partir de 1870. 
Leonas y leones, D.1870. P8443
Óleo sobre lienzo, 49,2 x 65,5 cm

Angélica Kauffmann
(Suiza 1741-Roma 1807)

La quinta pintora con obra expuesta, aunque nació en Suiza creció y se educó en Austria de donde procedía su familia. Angélica Katharina Kauffmann comenzó a pintar muy joven, colaborando en la decoración mural de iglesias con su padre, Johann Josef Kauffmann, quien a pesar de que era un pintor algo mediocre, fue un buen maestro para su hija. Su adelantamiento, especialmente en la pintura, la hizo famosa ya a los doce años.

Era muy demandada para pintar retratos. En 1754 su padre la llevó con él a Milán y a partir de entonce realizó frecuentes viajes y estancias en las principales ciudades artísticas italianas, donde entrará contacto con las corrientes artísticas neoclásicas de la época. De allí se trasladó a Roma, donde coincidió con personalidades del mundo del arte, como Batoni, Winckelmann, o Piranesi. En 1765 fue nombrada miembro de la Academia de San Lucas.

(En la imagen detalle de su Autorretrato con busto de Minerva -1780) 

Posteriormente se desplazó a Venecia, donde estudió la obra de TizianoEntre 1766 y 1781 residió en Londres, allí conoció a Joshua Reynolds, con el que participó en la fundación de la Royal Academy of Art. Kauffmann alcanzó gran renombre con sus retratos alegóricos, en los que caracterizaba a sus modelos como personajes históricos o mitológicos.

En 1781, tras la muerte de su primer marido (fruto de un matrimonio engañoso), se casó con Antonio Zucchi (1728-1795), un artista veneciano que residía en Inglaterra. Poco después vuelven a Roma y en 1795 muere su segundo marido, pero ella mantuvo su relación con la Academia romana exponiendo por última vez en 1797. En 1807 falleció en Roma, siendo honrada con un espléndido funeral organizado por la Accademia de San Luca y dirigido por el escultor Canova.
Anna von Escher van Muralt [P02473] 110 cm x 86 cm H.1800

La obra que se expone en la primera planta del Museo es el Retrato de una dama que perteneció a una rica familia de la Suiza alemana de nombre de soltera Anna von Muralt, casada con Hans Konrad von Escher, que fue burgomaestre de Zurich y murió en 1830.  Sentada, con los brazos cruzados en el regazo, sus ropas tienen un aire clásico al estilo que impera a finales del siglo XVIII. En primer plano vemos un ramo de rosas y al fondo un paisaje con templete circular rematado por una cúpula. La obra entró a formar parte de la colección como parte del Legado de Luis Errazu (1926).  
Mapa de situación Sala 22, 1ª planta. MNP

La obra de Angélica Kauffmann en su nueva ubicación de la Sala 22 MNP

Y con esta obra se cierra el elenco de las cinco pintoras cuya obra se expone en el Museo del Prado lo que nos lleva a concluir, que de las 1300 obras, aproximadamente, que el Museo tiene colgadas, gracias a las nuevas incorporaciones han pasado de cinco a diez las obras de pintoras. (+ una sin autoría confirmada*). Ello vendría a suponer que poco más de una de cada ciento treinta obras que podemos ver en el Museo, estaría realizada por una mujer.

*Recientemente el Museo ha retirado la atribución de Sofonisba Anguissola que se contemplaba para la obra La infanta Catalina Micaela de Austria [P1139]. A pesar de ello he optado por mantenerla en este grupo por considerar el tema no cerrado y a la espera de nuevas consideraciones y estudios que puedan modificar la decisión tomada.

Hay que celebrar, sin embargo, que en este año 2019, 2º centenario del Museo, la mencionada incorporación a la exposición permanente de las cuatro obras de Clara Peeters en las salas flamencas, (hasta ahora solamente se exponía una obra); la Cabeza de León de Rosa Bonheur en la Sala 62 y El retrato de Anna von Escher van Muralt de Angélica Kauffmann en la Sala 22, pasando de cinco a diez las obras de pintoras expuestas en el Museo. Todo ello junto a la celebración de la esperada Exposición de Sofonisba Anguissola y Lavinia Fontana. Es un notable cambio de actitud por el que felicitamos al Museo.

Cabe preguntarse, a pesar de estos avances, si las cosas podrían ser de otra manera, es decir, si con el conjunto de obras y los medios de que dispone el Museo se podría dar un tratamiento algo más "favorable" a la presencia de la mujer en la institución, hecho que repercutiría en su visibilidad en la Historia del Arte y de la Pintura, que fuera más acorde con la participación real de las mujeres en ella. Para ello sería preciso conocer la "otra presencia de la mujer" en las colecciones del Prado, es decir las obras que se encuentran en los almacenes y especialmente las que se hallan dispersas en diversas instituciones. Parece que el Prado prepara una actividad en este sentido, realizada mayoritariamente con fondos del propio Museo en la que ponemos las mejores expectativas.

ACTUALIZACIÓN JULIO 2021
El Museo Nacional del Prado ha reordenado las salas del S. XIX

Con el precedente de la Exposición Invitadas, ha sido realizada la revisión de las salas del XIX, doce años después de la inauguración, ofreciendo una perspectiva más global de las manifestaciones artísticas decimonónicas. Se han incorporado obras de trece pintoras entre los 130 autores que integran las nuevas salas.

De las trece pintoras incorporadas hay cuatro miniaturistas; Antoinette Brunet, Teresa Nicolau, Marcela de Valencia, y Sophie Liénard,  y una pastelista, Ana María Mengs. 
La información relativa a las mismas puede verse en el Capítulo PINTORAS EN EL PRADO - MINIATURISTAS Y DIBUJANTES

Dos pintoras, Rosa Bonheur y Angélica Kauffmann ya se habían incorporado a la exposición permanente en 2019 (ver más arriba). De Mª Luisa de la Riva se incorpora a la exposición una de sus obras que hasta ahora se encontraba depositada en otra institución; la información sobre esta pintora se mantiene entre las PINTORAS CON OBRA DISPERSA, De Fernanda Francés,  se ha incorporado a la exposición la única obra que tiene el Museo, que se hallaba hasta ahora en el Ministerio de Fomento, por lo que no se trata de una nueva adquisición sino de un 'retorno'. 

La verdadera novedad la constituyen cuatro obras de otras tantas pintoras; tres de las cuales son nuevas adquisiciones: Carlota Rosales, Aurelia Navarro y María Blanchard y la cuarta, un depósito del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, se trata de de una obra de Maria Roësset.  De ellas ofrecemos una reseña a continuación.

CUATRO NUEVAS PINTORAS y UNA RETORNADA

Carlota Rosales
(Madrid, 1872 - 1958)
Carlota Rosales Martinez de Pedrosa era la segunda hija de Eduardo Rosales Gallinas (1836-1873) y su prima Maximina Martinez de Pedrosa Blanco (1839-1937). Cuando ella nació la familia se trasladó a Murcia, para realizar un encargo el encargo que le había hecho a su padre de  pintar los cuatro evangelistas (actualmente en la iglesia de San Jerónimo el Real de Madrid) lo que le permite alejarse de la desigual crítica que había tenido su última obra, La muerte de Lucrecia
 
Su padre muere cuando Carlota apenas tenía un año, a pesar de lo cual, o quizás por ello, ella seguirá sus pasos  en la pintura y gracias al apoyo de su padrino, el pintor Vicente Palmaroli, en 1887 consigue una pensión extraordinaria de ocho mil reales para estudiar durante dos años en la Academia de España en Roma, a donde viajó en compañía de su madre.

(En la imagen detalle del Retrato de carlota realizado por Palmaroli

          "Queriendo el Sr. Moret, entonces ministro de Estado, de cuyo ministerio depende la Academia de España en Roma, honrar la memoria del insigne autor del Testamento de Isabel la Católica, concedió a la entonces muy niña Carlota, una pensión extraordinaria en el citado establecimiento, cabiéndome la satisfacción de dirigir los estudios de la hija de mi querido amigo, como director que era de la Academia." (Vicente Palmaroli. El Liberal 25 de Junio de 1894)

En su estancia romana Carlota conoce al que había de ser su marido, el músico alcoyano Miguel Santonja Cantó, (1859-1940) que también se encontraba en a Roma gracias a la concesión de la pensión de la Academia para el estudio de la música. Miguel Santonja, que pertenecía a una saga artística musical, era compositor y fue catedrático de Armonía en el Conservatorio de Madrid.

A su vuelta de Roma Carlota Rosales participa en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1892 con un Retrato de la viuda de R. (su madre) adquirido recientemente a la familia por el Museo del Prado para integrar las salas del siglo XIX. En ella podemos ver una pintura de carácter intimista con una buena base de dibujo y la búsqueda de efectividad a través del color. 
Carlota Rosales Martínez de Pedrosa. Retrato de la Señora viuda de R. (su madre) 1,28 x 86cm. 1892

Carlota vuelve a participar en la Exposición de 1895, en la que consigue una Mención de Honor por el retrato de su prima La Srta. Martínez Pedrosa.  Pero el matrimonio en 1896 va a suponer el final de su carrera de pintora ya que a partir de entonces volcará sus dotes artísticas en la formación de su hijo Eduardo y de sus cuatro hijas Elena, Concepción, Josefina y Trinidad. 

Aurelia Navarro Moreno
(Granada, 1882 - 1968)  

Su infancia transcurrió en en Granada en su casa a la entrada del Generalife, en donde empezó a dibujar desde niña. Asistió a la Escuela de Artes y Oficios con José Larrocha completando su formación pictórica con el pintor Tomás Muñoz Lucena, el mejor maestro que podía encontrar en su tierra.

A los 22 años consigue su primera mención honorífica en la exposición de 1904 con “Sueño tranquilo” y su carrera fue evolucionando jalonada de reconocimientos, en la Exposición de 1906 presentó “Retrato de señorita”, que realmente era su propio autorretrato, hoy del Museo del Prado, con el que obtuvo Tercera Medalla. En la Exposición nacional de 1908 presentó la obra que le ha dado un mayor reconocimiento público, su "Desnudo de mujer" que fue también premiada con una tercera medalla que muchos consideraron insuficiente para la calidad de la obra. La Diputación de Granada adquirió de inmediato la obra por 2.000 pesetas.

Fue una de las primeras artistas españolas en retratar un desnudo inspirado en la Venus del espejo de Velázquez, obra que pudimos contemplar en la Exposición Invitadas del Museo del Prado. (2021)

En 1913, en Granada, realiza una gran pintura, hoy perdida, para el santuario de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. Algo parecía estar cambiando en la vida de Aurelia aunque sigue participando en diversas exposiciones con obras que van evidenciando un nuevo rumbo en su pintura. Participa en la Exposición de caricaturas y tarjetas postales organizada por el Centro Artístico de Granada en 1908; en 1914 presenta una obra titulada La oración y en en la colectiva de la misma entidad, en 1916, una obra titulada Éxtasis. 
Detalle de la obra "Extasis" presentada a la Exposición de 1916
(Según Magdalena Illán, (US) biógrafa de la pintora, el lienzo fue recortado por sus familiares tras la entrada de Aurelia en el convento - El Independiente de Granada, 19.2.2022)

La presentación en 1916 de esta última obra, de nuevo un sugerente desnudo, con gran carga erótica, que viene a contradecir las versiones de aquellos que gustan de reinterpretar las vidas ajenas, simplificándolas, achacando a la pintora un cierto sentimiento culpable de puritanismo condicionado por sus familiares a partir de su primer desnudo. Ella es libre y se siente libre de hacer aquello que le interesa sin más limitaciones que las de su propia voluntad; esa misma voluntad que le lleva, con cuarenta años cumplidos y en plena madurez vital, a tomar la decisión de seguir una nueva vocación, ingresando en la orden religiosa de las Adoratrices (1923).
Sor Aurelia Mª de la Resurrección en 1925. (Santos Moreno, 2022)

El Museo del Prado que mostró temporalmente su Autorretrato en la Exposición "Invitadas" ha recibido la donación de la obra de su propietario P. Moreno y ha sido incorporada a la Sala de Retratos de Artistas del siglo XIX de la Exposición permanente. 
Aurelia Navarro "Retrato de Señorita" (Autorretrato) 1906 MNP. Donación P. Navarro

(Información revisada tras la lectura de la biografía de la pintora escrita por la doctora 
Mª Dolores Santos Moreno de la Universidad de Granada, con el título 
"Aurelia Navarro Moreno, Una pintora granadina por descubrir"- 2022)


María Roësset Mosquera - MaRo
(Espinho, Portugal, 1882 — Manila, Filipinas, 1921) 

Hija de Margarita Mosquera y Eugenio Roësset Liot, ingeniero civil de origen francés que trabajaba en las líneas ferroviarias, cuando nació María, la familia se encontraba en Espinho por el trabajo de su padre. Después se trasladaron a Madrid, donde nacieron sus dos hermanos y donde se desarrolló la vida familiar en cuyo seno los tres hermanos recibieron una educación esmerada. 

En 1904 se casó con el ya maduro Manuel Soriano Berrueta-Aldana, hijo del pintor Benito Soriano Murillo, de familia acomodada y cosmopolita, bien relacionado en los medios políticos y artísticos, que la introdujo en la sociedad culta madrileña, donde tuvo contacto con Ricardo Madrazo y Pérez Galdós, entre otros. En compañía de su marido visitará los más importantes museos de Europa y también será quien la introduzca en la ópera y el ballet y le presente a los artistas Dario de Rogoyos y a Eduardo Chicharro, quien llegará a ser su mentor artístico.

María se verá alentada por su marido a dibujar y pintar pero fue después de fallecer este (1910) cuando se dedicó con entusiasmo al arte. Comenzó copiando obras del Museo del Prado y fue especializándose en escenas de género y sobre todo en retratos, en los que predomina el color sobre el dibujo debido a la influencia de pintores como Cecilio Pla y Joaquín Sorolla. La parte más interesante de su carrera se desarrolló entre 1911 y 1914 época en la que realizó una serie de retratos y autorretratos de gran  expresividad. Participó en pocas exposiciones, solo se conoce su presencia en las de Múnich y el Círculo de Bellas Artes de Madrid en 1912.
MaRo, Retrato de su hijo Joaquín

La obra que se expone en las salas del siglo XIX del Museo del Prado es un Autorretrato de cuerpo entero donado en su día al Museo por Eugenia Soriano Roësset en 1985, en memoria de su abuelo Soriano Murillo que había sido Subdirector del Museo. Incorporado por la fecha al Museo de Arte Reina Sofía, que lo ha cedido ahora en depósito al Museo del Prado para su exposición.
MaRo - Autorretrato de cuerpo entero, 1912 [P7642]

María Blanchard
(Santander, 1881 - Paris, 1932)

María Gutiérrez Blanchard fue la tercera hija de Enrique Gutiérrez-Cueto y la francesa Concepción Blanchard. Su vida estuvo condicionada por sus limitaciones físicas. Se suele decir que un accidente sufrido por su madre durante el embarazo le causó una desviación de columna pero hoy sabemos por Gloria Crespo (2012) que la cifoescoliosis que padecía estaba causada por una alteración cromosómica. Padecía también una fuerte miopía. 

Aficionada desde niña al dibujo, su familia la anima para ir a estudiar a Madrid a donde llega en 1903 para formarse en pintura con Emilio Sala, y al año siguiente toda la familia se traslada a Madrid. En 1906 pasó al estudió de Fernando Álvarez de Sotomayor y en 1908 al taller de Manuel Benedito y ese año se presenta a la Exposición Nacional de Bellas Artes con la obra Los primeros pasos consiguiendo una tercera medalla.

El Ayuntamiento y la diputación de Santander le conceden unas becas de estudio que utiliza para ir a París en 1909. Allí Acude a la academia Vitti donde su aprendizaje va a dar un giro hacia el color y la expresividad con Anglada Camarasa y Van Dongen. En 1910 acude a la Academia de María Vassilief, pintora rusa que le da a conocer el cubismo. Presenta en la Exposición de Bellas Artes su obra Ninfas encadenando a Sileno, con la que obtiene una segunda medalla. 

Finalizado el periodo de su beca vuelve a España y la solicita de nuevo siéndole renovada por la Diputación para dos años más, por lo que vuelve a París en 1912, donde contacta con el círculo de la vanguardia cubista, especialmente con Juan Gris y Jacques Lipchitz. Aunque recibe la influencia cubista ella la adapta a su propio modo de hacer y la enriquece de color. Sostiene en contra de Braque que decía amar «la norma que es capaz de corregir la emoción», que «la emoción es capaz de corregir la norma».  

Maria Blanchard, Guitarrista (1918) y Pianista (1919)

Después de una estancia como profesora e Salamanca donde siente que sus ideas en pintura no son comprendidas, decide instalarse definitivamente en París de donde ya no volvería. Expone en varias ocasiones en el Salón de los Independientes de París y en exposiciones dedicadas al cubismo y galerías de Bruselas. La presencia constante de sus hermanas que viven a costa de ella la llevan a una situación de sobrecarga física y psíquica por las estrecheces económicas que le sobrevienen. Trabajó incansablemente, pese a encontrarse ya enferma, y -según sus amigos- en un estado de abandono físico. Murió en 1932. Según su biógrafo, Manuel Arce, «la sorprendente muerte» de María Blanchard, a los 51 años, no fue de tuberculosis, sino por agotamiento físico. 

Cuando García Lorca conoció la noticia de su muerte le dedicó una conferencia en el Ateneo de Madrid, con el título: Elegía a María Blanchard.

Fragmento final de la Elegía a María Blanchard (1932) / Federico García Lorca. BNE

El cuadro que se expone actualmente en el Museo Joven con cofia - La boulonnaise (1922-23) adquirido en 2021 con los fondos del legado de Carmen Sánchez (2017), representa a una pescadora de la región del Boulonnais en el departamento de Pas-de-Calais.  El uso de un variado colorido sobre el vestido negro, muestra la tendencia al cromatismo variado que incorpora la pintora a sus obras en esas fechas. Es una obra apenas vista hasta ahora pues solamente se incluyó en una exposición de la pintora en la Galería Centaure de Bruselas en abril de 1923.  
María Blanchard, Joven con cofia - La boulonnaise 100x65cm. (1922-23) [P8371]


FERNANDA FRANCÉS DE ARRIBAS
Valencia, 1863 - Madrid, 1939 

Fernanda Francés es una pintora especializada en flores y bodegones. Fue discípula de su padre, el pintor Plácido Francés y Pascual quien tuvo otro hijo pintor de su segundo matrimonio, Juan Francés  Mexía.

Fue profesora de la Escuela Superior de Artes e Industrias de Madrid, de la asignatura de Dibujo, Pintura y Modelado que obtuvo por oposición en 1888. Posteriormente obtuvo también la cátedra de Pintura de la Escuela del Hogar en Madrid. Se casó en 1893 con el pintor granadino Cayetano Vallcorba y Mexía, discípulo de Alejandro Ferrant y de Plácido Francés, que también era profesor de la Escuela de Artes.


Además del aprendizaje con su padre, asiste a las clases del especialista en pintura de flores, Sebastián Gessa.  A partir de 1881 concurre a las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes en las que recibe buenas críticas. En 1887 obtuvo una mención honorífica y en 1892 una tercera medalla por la obra Jarrón de lilas que fue comprada por el gobierno. En la  exposición nacional de 1897 volvió a obtener medalla, esta vez segunda, por la obra Ostras y pájaros.
Fernanda Francés. Jarrón de lilas. [P06352] 


Hasta aquí la información sobre la presencia de obras expuestas de pintoras en el Museo del Prado que cierro con una relación actualizada de pintoras y dibujantes del Museo agrupadas por su situación, marcando con asteriscos aquellas que figuran en más de un grupo.

      LAS PINTORAS EN EL ALMACÉN
LAS PINTORAS DEL PRADO DISPERSO

EMILIA CARMENA MONALDI 

7 comentarios:

  1. La imagen no corresponde a Clara Peeters. Es Vigée le Brun.

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  2. Gracias, ya he corregido el error incorporando un presunto retrato de Clara Peeters y he aprovechado para actualizar la información sobre su obra expuesta pues el Museo ha sustituido la que estaba anteriormente por una de las que tenía guardadas en el almacén.

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  3. Buenas tardes, Hablando con el Museo del Prado me han comentado que solo hay un total de 4 obras expuestas actualmente de mujeres artistas. De las cuales Sofonisba Anguissola no está. Es eso cierto? Me podríais ayudar sobre el tema? Muchas gracias

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  4. Creo que no has tenido suerte con tu informante, la información que figura en esta entrada puedes comprobarla directamente en el museo. Es cierto,tal como explico en la entrada, que de las cuatro obras de Sofonisba que se mencionan, dos, Felipe II y Ana de Austria, son de autoría segura, mientras de las otras dos, una, Isabel Valois figura como atribuida a la pintora y la otra, Catalina Micaela de Austria, figura ser de Sánchez Coello aunque se dice que "algunos la consideran de Sofonisba". Lo cierto es que los especialistas no discuten esa autoría pero el Museo se resiste a cambiar las cartelas.
    También hay que decir que en la actualidad Felipe II se encuentra en una exposición en Cádiz "Los objetos hablan", a la que he dedicado una de mis últimas entradas. En su lugar se encuentra, precisamente una obra de su hermana Lucía Anguissola que suelen exponer cada vez que prestan a Felipe II, lo que ocurre con bastante frecuencia.
    Habría que preguntar a tu informante si no consideran a Sofonisba Anguissola como pintora de dos de las cuatro obras de mujeres que dicen exponer ¿de quién son?
    Las cuatro obras de Sofonisba, dos seguras y dos atribuidas se encuentran, habitualmente, en la Sala 56 del Museo.
    Espero haberte ayudado.

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    1. Puedes consultar la información de la Galería Online del Prado
      https://www.museodelprado.es/index.php?id=995&no_cache=1&L=0&cHash=38c550c57c&gbobras%5Badv%5D=0&gbobras%5Bcriterio%5D=1&gbobras%5Bstring%5D=Anguissola%2C+Sofonisba
      Saludos

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  5. ¿Las miniaturistas están expuestas?

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    1. En la entrada PINTORAS EN EL MUSEO DEL PRADO IN & OUT (II), en el apartado: UN GRUPO CON CARACTERÍSTICAS PROPIAS:LAS MINIATURISTAS, se informa de que lamentablemente "ninguna de ellas se encuentra expuesta al público en la actualidad". Saludos

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